11 abril, 2009
En diminutivo: entonces te me sentabas enfrente. Imaginabas, creías, que estabas observándome, estudiándome. Sí, es posible. Pero qué cosa: yo también hacía lo propio. Pasa que resultaste muy fácil, como la tabla del dos. No te enojes, es mi manera, un poco solapada, gato, como dicen. Si hicieras memoria, ir un poco –bastante-, más atrás: mayo del 2008, ¿te gusta? Es noche de viernes, tu marioneta de ojos saltones se puso a bisbisear al oído. Bisbisear, ¿sabés qué cosa es bisbisear y luego un cólico hepático? ¿No? Deberías haber aprendido a razonar a estas alturas. Sí, ya sé, aprendiste trotando, pero con un poco de retraso, me parece. Un poquito. Para ayudarte: ñata noche, digamos. Je je. Tiempo después, decía, te me sentabas enfrente. Error, esas cosas no se hacen con un gato. Pobre, gozabas con lo que creías una ventaja. Una pueril ventaja. No la había, nunca la hubo. Lo que son las cosas. Cómo cambian. Ahora yo estoy atrás, sentadito y sereno. Besándote también. Pero en la nuca. O para decirlo con más propiedad: jugando con las negras. Con los trebejos negros. Y ni siquiera empecé.
1 Comments:
Ola, what's up amigos? :)
I will be happy to get any assistance at the start.
Thanks in advance and good luck! :)
Publicar un comentario
<< Home