Sangre de utilería
(para Yiye Di Carlo y Miguel Angel Muñoz)
Cuando a Italo Calvino le preguntaron qué autores él celebraba con más fervor, no dio una lista muy grande, ni siquiera dio una lista, apenas mencionó una categoría: "aquellos escritores irregulares", dijo. Para Calvino, "irregulares" significaba fuera del canon, inclasificables o raros, escritores que estaban al margen de las corrientes y las modas. Luego mencionó como inclasificable o raro a un autor rioplatense: Felisberto Hernández. Seguir leyendo acá
3 Comments:
Encantador, luminoso, corrosivo y contestatario texto. Los adjetivos pueden seguir a cuentagotas.
De lo raro y los raros. De aquellos que prefieren disimular su genialidad, obviarla, porque de nada vale mostrar al mundo y a los talentosos convencionales que se es mejor o peor.
Si su talento de buen escritor permanece desconocido e irreconocible entre la fanfarria y la algarabía de los necios que se gozan y adulan entre ellos mismos, y si ud los evita con alevosía y premeditación, le entiendo...El que sabe no tiene que montar circo para que ciertos bárbaros y maquiavelos de capa y espada les dé la gana de certificarle como bueno y válido a fin de darle el pase de entrada a su exclusiva camarilla de farsantes.
Un buen raro te paso Bañez, Julio Ramón Ribeiro al que ahora le están dando mucha más cabida. El saludo y mis felicitaciones.
Jambalá
Ninoska, gracias por tu visita y tus adjetivos. Coincido en que "de nada vale..." y en que únicamente uno debe apostar al placer de la escritura durante la escritura. Un fuerte abrazo, amiga.
Jambalá, volviste. Sí, no sólo el peruano quedó afuera. Tantísimos, pero gracias por tu aporte. Un abrazo.
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