Viejitas bomba
Muchos se asombraron con el caso de la mujer de 80 años que se ofreció en Gualeguaychú como abuela-bomba para interceder en el conflicto de las papeleras con el Uruguay. No es el primer caso. La historia de la humanidad registra varios episodios relacionados con la actividad de ancianas-bomba, la mayoría de ellos prácticamente desconocidos. El primero del que se tienen algunos antecedentes es el de Anna Van Oreth, de 78, que se inmoló durante la guerra anglo-boer al pie del monumento a la Confraternidad en Church Square, Pretoria. Seguir leyendo acá
13 Comments:
Grande Bañwez los viejos no estan terminados. Nos pueden ex terminar a todos.
Rolo
Muy bien: reescribir la historia es esto.
Rolo, ¿el deacaballo? Gracias
Francisco, un abrazo granadino.
Qué tristeza pero es real.
Abrazo entre la lluvia
A mi esto de las las abuelas-bomba me pone realmente con los pelos de punta, Gabriel. Pienso que estas acciones no son de edad, son de personas comprometidas con su pensamiento y deseos de hacer algo por cambiar el mundo. Pero que doloroso, nadie nquiere eso para los abuelos, así es, pero ni para los primos, los tíos, los hermanos, para nadie.
Se necesita demasiado valor, demasiado. Son seres admirables, pero no quisiera jamás que esto sucediera. El mundo...
Clarice, anduve por ahí. Un abrazo
Magda, para nadie uno quiere esto, claro. Pero a veces a uno se le va yema en la tecla y exagera. Es como un vicio. ¿Sonó tan dramático? Un abrazo, te sigo.
Me parece un cuento lo de las viejas bombas, ¿de donde lo rascaste viejo?
Juan de Kent
jajajaja, Gabriel, que me has hecho sonreir, y eso siempre es grato. No sonó tan dramático, bueno, un pelín sí. ¿O sería yo?
No pareció exagerado. Sonó como lo que es: triste; pero no el acto de entrega sino la indiferencia, el olvido.
Stiller
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A mí me gusta este post. Hay una ironía mordaz tras las crónicas de estas mujeres. Hay una denuncia inteligente y sutil, como todo texto inteligente puede hacer sin abocarse a lo panfletario. Lo execrable no es el dramatismo de estas historias, sino la carga de motivaciones y conflictos que obligan a estos ancianos a inmolarse. Ello muestra el tipo de sociedad que nos damos: se tiene a la vejez como símbolo de inutilidad y estorbo,( concepción heredada de los grecos-latinos muy diferente a la indigenoamericana que los reverenciaban,). Pero esas ancianas parecieran decirnos a su modo, "no se dan cuenta, vosotros sois esclavos de un sistema sin contestatarios, reos de la manipulación propagandista". Qué decir, entonces, de una sociedad en donde los anarquistas no son los jóvenes, sino los viejos? Los burgueses con conciencia de clase es la peor calaña que nos haya podido tocar. Finalmente han logrado lo que nunca antes, otra clase dominante había logrado hacer: El fascismo sublimado, la robotización del mundo, sin emplear la fuerza.
Ese es el punto, Ninoska: una sociedad donde la conciencia es reservorio de los viejos. De allí al anarquismo en la tercera edad, hay solo un paso. En los ochenta, bajo otras perspectivas argumentales, Borges había ideado una novela en la que los viejos mataban a los jóvenes. Una novela que él jamás iría a escribir, dijo y escribió ("Argumento"). No era tan sólo la versión opuesta a la Guerra del cerdo, de Bioy, sino la contracara de una sociedad ¿futura?
Un abrazo, Ninoska.
Stiller: en la indiferencia o el olvido está, mucha razón tenés, el peligro. O las "esquirlas" de algunos actos. Un saludo que persevera.
ya teneis a la tia monica, la que navega de blog en blog en busca de enlaces, y caen.
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