Estilo
y de cómo el estilo podía ser un enorme problema:
el estilo siempre alberga el peligro de convertirse en una prisión,
en una sala de espejos
donde lo único que haces es reflejarte a ti mismo e imitarte.
Yohji era muy conciente del problema.
Naturalmente, él también había caído en la trampa.
Decía que no volvería a caer
porque había aprendido a aceptar su estilo.
La prisión cedió de repente a la enorme libertad.
Esto es para mí un autor.
Alguien que tiene algo que decir
sólo porque sabe expresarse con su propio lenguaje,
y que, finalmente, dentro de este lenguaje, encuentra la frescura
para convertirse en guardián de su prisión
en lugar de seguir siendo el prisionero.”
De "Apuntes sobre vestidos y ciudades", de Win Wenders, en El acto de ver, Paidós 2005.
7 Comments:
Fantástico blog me gusta me ha aireado mi imaginación y pensamiento estancado, muchas gracias por su edición con tan buen gusto felicidades, reciba un abrazo.
La asunción del propio condicionamiento de estilo como conquista de la libertad. Un tema tan seductor, interesante y complejo que me deja pensando y, por ahora, no me animo a decir más. Quizás por temor a quedar preso en lugar de instituirme en mi guardián.
Abrazo.
Gracias, veré de no estancarme yo llenando la cesta.
cinzcéu, sí, me pareció sintético y formidablemente preciso lo de Wenders, Abrazo y gracias por la entrada.
Muy buena idea esta... Me recordó aquella frase de Abelardo Castillo sobre el estilo en "Ser escritor", libro harto recomendable para cualquier escriba...
Saludos
Hernán
Un saludo, Hernán. Gracias por la entrada.
Ese libro ni existe. Entré como un boludo.
Vercingetórix
Vercingétorix, no te martirices. La inexistencia es un dato siempre menor. Abrazo, gracias por la entrada.
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