19 diciembre, 2007
Lo primero que sentí al ver la versión fílmica de Los chicos desaparecen fue rareza. Luego, extrañamiento. Aquellas imágenes surgidas de la imposición íntima del acto de escritura ya no estaban. Se habían ido. En su lugar habían aparecido otras. Diferentes, ajenas de una ajenidad sin embargo conocida. ¿Quién era ese personaje que se desplazaba en silla de ruedas intentando bajar tiempos desde una rampa con un cronómetro al cuello? Seguir leyendo acá.
10 Comments:
Es hermoso lo que contás. Qué genial debe ser verle la cara a tus propias imágenes, ver la cara que otros le ponen a tus propias caras. Trato de imaginarme qué cosa habrás sentido viendo a tu Macías del cine . No sé. Seguí contando.
esta bueno el relato del despojamiento de la propia obra.
Pienso, como no me enteré de que iban a dar esa peli? otra vez será
Anónimo, sí, es muy raro, sobre todo porque la fidelidad al libro construyó como imágenes paralelas, parecidas pero diferentes. Extrañeza, creo que lo dije en el post. Abrazo.
Hola, Andrés, gracias. Es muy bueno aprender a despojarse para ganar, para enriquecerse. No es zen, sí sensatez. El abrazo, amigo.
Excelente artículo. No tengo mucho que decir excepto que me alegro de que el film haya interpretado el libro a satisfacción de su autor: puede ocurrir lo opuesto. La reflexión que cierra es tan cierta como justa y aguda. Y, por cierto, felicitaciones por la premiere. Un abrazo literario con profundidad de campo imaginativa.
Cinzcéu, tiempo que falto a los blogs. En enero me pongo al día. Gracias por la profundidad de campo de tu abrazo, imaginativa y sincera. Te mando un fuerte abrazo y lo mejor. Gracias!
GABRIEL LEI LA NOVELA Y NO PUDE VER LA PELI, TE FELICITO Y OJALA SE CUMPLA TODO LO QUE DESEAS
You have just been shot.
Gabriel querido, enhorabuena en primer lugar por esa adaptación (no por lo que la adaptación contenga, sino por la adaptación en sí). Tu análisis profundo y emocionante. Despojado y lúcido, aquí pero allí, sabiéndote distinto después de haber visto esa película con respecto a TU novela. Gran idea. Los directores de cine, sin embargo, nunca pueden sentir esa emoción o pesar de ver sus historias hechas libro, convertidas, transformadas, deformadas o hechas cisco en manos de otro. El escritor, en esto como en tantas cosas, tiene siempre las de perder, por el lado artístico.
Abrazos fuertes.
Miguel Angel, amigo, gracias. Es muy cierto lo que decís. Aunque llega un punto en que es deber reconocer que todos somos deudores y tributarios. En ese punto la elocuente y discreta distancia con relación a lo que ya no es enteramente de uno obliga, estimo, a desacreditar el ego, a no ser demasiado consecuentes con él. El abrazo, buen amigo, en enero estoy devolviendo visitas.
Sniper, certero. Mas hoy que los blancos son todos móviles. Gracias por la visita.
Anónimo, gracias. Lo mismo para vos y el abrazo.
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