17 octubre, 2007
La última vez, apenas se encerraron en el cuarto oscuro, tuvo problemas. Se pelearon porque no lograba ponerse de acuerdo. Una quería votar a la derecha, la otra a la izquierda. Al final, el presidente de mesa debió intervenir y la obligó a decidirse. Dice que en esa oportunidad votó muy mal, no quieren ni acordarse. En estas elecciones el problema va a ser más grave aún: están dudando, todavía no tienen candidato propio. Es lógico, forma parte del 23 % de indecisos que marcan las estadísticas. Yo le digo: no lo dejen para último momento porque va a ser peor. Pero ella sonríe pícara: "Tenemos dudas -responde a boca de urna-, pero no tantas, ya nos vamos a poner de acuerdo, esta vez es más fácil porque estamos entre una de las dos".
10 Comments:
Me hacés volar la cabeza, yo todavía estoy como ella(s)
Analía F.
¿Mirta Legrand estará con los índices sobre los pómulos diciendo: la voto, no la voto?
La cuestión está siendo acotada por el botox y el no votox.
Analía, yo estoy juntando los restos. Gracias.
Jorge, conejo. "Así no" estará diciendo la señora. Un abrazo.
flordemina, soberbio el comentario. Para subirlo así como llegó. Flordecomentario el tuyo. Gracias, ¿por cuál te decidís vos?
UN DRAMA QUE NI EN ELCUARTO OSCURO VANA TENER INTIMIDAD
Todo es vana identidad, Clark de Kent. Y vuela bajo que abajo está la verdad. Abrazo sin kriptonita.
Nosotros no tengo esas dudas e indecisiones porque siempre votamos a nadie. Muy inteligente y sugerente puntada. Un abrazo.
Ja, me hacen reír cinzcéu: ellas te manda un abrazo y se ponemos feliz de tu entradas. Un abrazo yo también para ustedes.
Si a una le duele la cabeza la otra se puede tomar una aspirina para ayudar a su hermana.
Sí, muy cierto. Lo que ocurre es que se pelean por el vaso de agua. Saludo excalibur.
Publicar un comentario
<< Home