Suicidio
La letra chica del
contrato con la vida: cada
40 segundos se produce
un suicidio en
algún lugar del mundo.
(A J.C.P. y a Soledad Franco)
Mi mejor amigo -el de toda la infancia- se pegó un tiro hace no muchos años en un banco de la plaza Moreno, la más importante de mi ciudad. Fue a la noche, pero cada vez que lo pienso, lo pienso a la nochechita. Y corrijo también tiro y pongo tirito en la cabeza. No es raro: cada vez que pienso en mi mejor amigo, Jorge, escribo noche y tiro en diminutivo. Es que el suicidio es la letra chica del contrato con la vida. Seguir leyendo acá.
7 Comments:
me bajo del caballo m`hijo y lo saludo, que nadie está libre de esa "piedra trágica".
Me alarma el tema.
Apuntado el libro.
Y otra vez me quedo pensando y surgen las interrogantes.
Abrazo otoñal.
Graciela
Suicidios, muertes calladas. Están ahí, como un abrigo colgado detrás de la puerta de nuestro dormitorio, que vemos sólo al acostarnos, siniestro en la oscuridad, pero olvidado de inmediato al dormirnos. Es, como dices perfectamente en tu texto, un problema, uno más de esos problemas que no han encontrado el momento justo de ser abordado. Al contrario de otros, rentables políticamente, el suicidio, creo, no encontrará nunca ese momento.
Un abrazo.
Rolo, gracias por la visita. Un abrazo.
Graciela, sí, son cifras que significan algo. Un abrazo a vos también.
Miguel Angel, probablemente sea como decís: nunca habrá un momento. De todos modos, muy cierto, no hay renta política. Y hasta es un "disgusto" hablar o referir el tema.Te estoy leyendo.
La imagen del abrigo colgado es perfecta.
"Como un abrigo colgado detrás de la puerta", me parece más una muy buena imagen, hasta poética, que perfecta.
Y, la palabra "suicidio" como el acto mismo, es o debería ser normal. Eso de sentir en lo profundo el impulso de nombrarlo en diminutivo, es como mirar a un paralítico de reojo.
Ofensivo.
Y, "abrazar a los deudos"... ¡por la túnica de Merlín! ¡el deudo se suicidó!
Por cierto, cifras interesantes.
Gracias.
L. Romero
Sí, muy cierto L. Romero. Fruto de mi ignorancia que pensé que la túnica colgada detrás de la puerta era de un paralítico. Gracias por tus palabras.
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