Moto es un viaje interior
Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta (título bizarro, si los hay) guarda sin embargo el atractivo contracultural de los sesenta y setenta pero revierte el vulgar estereotipo motoquero de los Hells angels y otras pandillas. Nada que ver, moto -bien lo sabemos-, es libertad. Hollywood, la ignorancia, el lugar común y un buen número de automovilistas prejuiciosos y colmados de envidia han hecho el resto.
De este desconocido y heterodoxo libro no voy a rescatar las reflexiones del budismo vía vulgata californiana porque, es obvio, me superan; pero sí tienen valor algunas apreciaciones sobre la taxonomía de la moto, sus funciones y posibilidades, como así también los apuntes que Pirsig va haciendo sobre el arte, la creación y alguna que otra arriesgada teoría estética, de donde se desprenden el Fedro personje, Kant, Poincaré y una larga perorata sobre la Calidad que tanto le obsesiona como concepto. "Cuando el pensamiento analítico -el cuchillo- es aplicado a la experiencia, siempre hay algo a lo que se le da muerte en el proceso. Esto es cosa entendida en las artes. Mark Twain, después de haber reunido los conocimientos suficientes como para pilotear una embarcación en el Mississippi, descubrió que el río había perdido su belleza". Luego, "las relaciones estructurales de la moto son similares a las del establishment del gobierno, y sus funciones mantienen significación aún cuando todo lo demás ha perdido propósito". Otra: "Cuando sustraemos Calidad, obtenemos cuadratura. La ausencia de Calidad es la esencia de la cuadratura". El misticismo filosófico lleva a Pirsig a indagar en otras cuestiones, surgidas de la visión contemplativa del paisaje desértico. No necesita peyote, la moto y cada uno de sus componentes mecánicos dan dinámica al zen de la vida. Resolver el problema de un tornillo en el eje de suspensión es tan vital como cualquier dilema de la existencia. Un libro obvio, sin duda envejecido y tan infantil como ingenuo al cruzar Buda con un distribuidor o la retórica de Aristóteles con la organización de las válvulas. Sin embargo, en mi mente primaria y custom, tiene un lugar de privilegio. Como cuando viento y distancia se acoplan.
16 Comments:
Lo que son las cosas, si yo hallara este titulo en la librería no se me ocurriría comprar el libro, pero después de leer tu reseña claro que me animaba. Por eso es mejor darle una miradita a la crítica cuando tenga uno duda sobre determinado libro.
También me encantas las motos.
Hola, Magda, veo que subiste un Sándor Marai. Excelente. Después de la temporada WG, sigo viaje. El abrazo y el viento entonces. Y Siempre gracias.
Hombredeacaballo también. Un saludo por el post, mijo.
Muy interesante el texto. no sé como llegué a vos ya que soy bloguera de Miami...elnuevoherald.com
Gracias por tus palabras..desde hoy te sigo¿motoquera????? ayudame y decime hace 4 ños que no ando por ahí..
Abrazos miamenses
Uno de esos libros por los que uno guarda un cariño que va más allá de la calidad e incluso de lo que dice. Se agradece que nos hables de él. Un abrazo.
MD: si andás en moto, digo. El abrazo.
Francisco, sí, claro. De los tantos libros que uno guarda y relee por efecto afecto. Te estoy leyendo bifronte, amigo.
Rolo, me olvidaba de ud. paisano. Desensille pero baje la muleta siempre. Gracias.
Pasaba en moto.
Saludos
Sólamente en mis sueños me he subido a una moto, y después de leer tu texto, uf...qué ganas de hacerlo y sentir el viento impregnado a mar.
Me conformaré con buscar el libro y pasearme en èl.
Abrazo
Graciela
Hola,Gabriel.
Estaba perdida,no muerta. Ahora que me encontré o encontré mis lugares, leo tu análisis sobre este ¨Mitos de bolsillo¨ que me encantaría encontrar en alguna venta de usados de mi ciudad. Te cuento que lo más intrigante -para mí- es eso de las mezclas, ¿cómo puede cruzar Buda con un distribuidor o la retórica de Aristóteles con la organización de las válvulas? ¿Cómo le habrá quedado esa fusión?
Te dejo un abrazo grande
Ana, sí, es estrambótico el cruce. Pero por momentos hay destellos que llaman la atención. El libro es una rareza, pero lo mío pasa por una cuestión afectiva. Con Facundo primero y las motos después. Eso sobre todo. Te mando un gran abrazo y te leo.
Me parecio ironico el titulo y hermoso el comentario por el afecto de donde viene el libro.
Bárbara: no, para nada es irónico. Al contrario. Y gracias por el mensaje.
Perdona por rectificar tu primer comentario. El libro fué traducido y publicado en España en 1978 por la Editorial Noguer.Aquel mismo año lo leí (durante mi servicio militar)y ahora estoy preparando un futuro viaje en moto por la ruta que describe.
Saludos desde Madid
Anónimo, gracias por la rectificación. Tratándose de motores, la palabra es adecuada. Te deseo lo mejor para ese viaje que estás a punto de emprender. ¡Viento y distancia, amigo!
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