09 junio, 2007
Murió Martha Holgado, la hija consecuente de Perón. Se fue de este mundo sin cumplir su sueño: ser reconocida como la descendiente legítima del General. Para algunos pocos, sin embargo, la que murió fue Martha Perón. O, para ser justos, Lucía Victoria Demarchi, según actas notariales desaparecidas misteriosamente el mismo año en que ella nacía, julio de 1934. "Mi papá me anotó con ese nombre", confesó en 1993. Murió sola, rechazada por la clase política y descalificada por la ciencia genética que no supo de sus desvelos. Muchos le decían familiarmente "la Perona", contracción genérica que ella aprobaba con una sonrisa. Hay que recordar que la lucha por ser reconocida como hija única del ex presidente llevaba muchos años, casi siempre a contracorriente y en soledad. El casi siempre se debe a ciertas excepciones: en el Vaticano Martha Holgado gozaba de cierta confiabilidad. Detalle no menor y muy poco conocido si se repasa el itinerario oprobioso del cadáver de Eva. Como sea, en octubre del año pasado, aprovechando el traslado de los restos del General a la quinta de San Vicente en la provincia de Buenos Aires, fueron tomadas tres muestras óseas del cadáver en la zona de un hombro y del fémur. Con esas muestras se realizaron las pruebas de ADN. Aquí, en el país, los resultados fueron negativos. Pero en la madre patria inglesa, donde los abogados de Martha enviaron parte de las mismas muestras para establecer fehacientemente su filiación, los resultados fueron diferentes. Por encontrarse "altamente formolizado", el material cadavérico no pudo ser sometido a pruebas de laboratorio. Lejos de toda necrofilia nacional, a la que los argentinos somos reacios, la lucha continúa: el hijo de Martha Holgado -nieto legítimo de Perón, en todo caso- proseguirá con el reclamo judicial de su madre para determinar los lazos de consanguinidad. Ojalá se le de y al final del camino encuentre alguna luz de esperanza, ya que el origen de esta batalla de identidad es esencialmente justicialista. Debe tenerse presente, por cierto, que Perón fue un hombre del ejército argentino que gobernó la marcha del país durante tres períodos. Salvando las intermitencias, cuando ponía la luz de giro a la izquierda, doblaba a la derecha. A veces ni eso y seguía de largo. El papá de Lucía Victoria tenía estas cosas.
7 Comments:
Los guiños del general eran con las balizas, buenísimo
Constantino
pobre vieja......
queria pasar sus ultimos dias con oro hasta en el baño.
y tal vez con el apellido del general
un abrazo
Constantino, gracias.
Eca, también gracias y un buen abrazo estatal.
Pensé que era un blog de moda jejejej..de todas fromas esta interesante..saludos
INVENCIBLE
Invencible, es de moda. Pasa que es de moda y acero. Un abrazo, amigo.
Estas historias andan entre la tragedia y la comedia, y no sabe uno qué cara y qué ojos poner. Yo seguramente no pediría pruebas y me conformaría con no ser/no saber nada. Un abrazo.
Eso es bueno, Francisco, a veces mejor ni saber. Pruebas? Menos que menos. Un abrazo.
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