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Cisura

Cultura

Octubre

EL CURANDERO

PAREDON PAREDON

VIRGEN

LOS CHICOS DESAPARECEN

LES ENFANTS DISPARAISSENT

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HECER EL ODIO

GONDOLAS

HECHO A MANO

EL CIRCO NUNCA MUERE

EL CAPITAN TRES GUERRAS FUE A LA GUERRA

HACER EL ODIO

30 agosto, 2007

Pregunta

Hoy los metrosexuales peronistas se depilan, ¿quiénes eran los imberbes?

29 agosto, 2007

La patria capicúa

Encontré este tramo de nota en La patria capicúa, de Martín Caparrós, libro editado por Editorial Altamira, La Plata, 1995. Luego de leer a politólogos, analistas, historiadores, sociólogos y filósofos sobre qué cosa es el peronismo, Caparrós sin duda ha dado -para mí-, con la mejor y más sutil versión de ese movimiento inefable generado por Perón a mediados de los cuarenta. El artículo es más extenso y lleva por título "Mejor que prometer", pero reproduzco los fragmentos que corresponden a esa gran promesa que generó y sigue generando el ismo del General.

Por Martín Caparrós


Todos sabemos que el viejo truco de la promesa es lo que más funciona. De Dios en adelante, nadie que quisiera poder dejó de intentarlo. Pero no es tan fácil: hay que saber, hay que poder: la promesa es el arte de lo improbable, o sea: de cómo alguien es capaz de transformar lo que no se espera en la esperanza de los otros. El peronismo siempre fue el mejor prometedor en esta tierra de la gran promesa. El peronismo promete más y mejor que nadie, porque siempre es otro.
Lo impresionante es esa capacidad que tiene el peronismo para no ser nunca sí mismo. Y, por lo tanto, permitir cada vez la esperanza de depuración y regeneración: prometer todo el tiempo su propio cambio. Es maravilloso. La más hermosa música. Cada vez que el peronismo llegó al gobierno, enseguida dejó de ser "el verdadero peronismo"; así le pudo, cada vez, crecer una oposición que también se dijo peronista. Y que después, si llegó al gobierno, enseguida dejó de ser "el verdadero peronismo". Así le pudo, cada vez, crecer una oposición que también se dijo peronista. Y que después, si llegó al poder.
El peronismo nunca se acaba porque siempre consigue convencer a tantos de que no es el que es. Convencer de que es el que será -que se parece vagamente al recuerdo de lo que podría haber sido-. Ahora también, por suerte, hay una oposición verdaderamente peronista. Así estamos seguros de que esto va a seguir siendo la Argentina Potencia.

27 agosto, 2007

El coleccionista de rechazos

Dicen que lo que hoy llamamos Historia de la Literatura es un reconocimiento posterior de lo que en principio fue una historia de rechazos. Es probable, pocos en sus comienzos han tenido las puertas abiertas. No parece necesario redundar en ejemplos, son demasiados, clásicos y no tanto. De esos rechazos editoriales, salvando unos pocos y contados, casi no hay testimonios escritos. Seguir leyendo acá.

25 agosto, 2007

"Cultura" en Leedor

Ver nota de Alejandro Zuy en "Leedor" acá.

22 agosto, 2007

Monstruos perfectos

La nota apareció el pasado 19 de agosto en el suplemento Cultural de Perfil bajo el título "Ricos, famosos y filántropos", pero estaba volanteada bajo la expresión Monstruos perfectos. ¿No es más acorde? Su autora, Analía Hounie, da una conmovedora clase de sarcasmo y delicadeza periodísticos. Entre brindis y famélicos perfiles "Vogue" de la fama porteña, el inefable Luis Chitarroni lanza su comentario ad hoc. Seres delicatessen en esta crónica imperdible, que incluye capelinas. Leer la nota acá.

17 agosto, 2007

Nunca estuve con Borges

Nueve meses antes de que muriera, le hice un reportaje a Borges. Fue en el departamento de la calle Maipú. Supongo que estaban Beppo, el gato, y Fanny, el ama de llaves. Fanny me hizo pasar y al ingresar, de reojo y por la puerta a medio entornar, vi la habitación y la cama que había sido de la madre de Borges, doña Leonor Acevedo. Pulcra y tendida, con un edredón rosado al medio, como una tumba de dos plazas. Con olor a matrimonio percudido, algo así. El viejo se asomó balbuceante y me extendió una sonrisa, los dedos de filamentos. Lo tomé del brazo. Tenía las comisuras húmedas y un bastón radiante, que extendía con ingravidez. También algo de rancia nobleza en cada uno de los gestos, en la solapa del traje oscuro, en la manera de sonreír al bies. No se manifestaba torpe, al contrario. Pero sí disfrutaba de mostrar instantes de indecisión. Pensaba y evocaba en vivo, con dilatada sabiduría, titubeando ante sus propias palabras. El fraseo: imaginé que doblaba las páginas de una ajada enciclopedia en un día de viento, avanzando y retrocediendo, leyendo por tramos. Hablamos. Le hice preguntas idiotas, respondió cosas bellas. Transmití de ese encuentro un pésimo reportaje, ostentoso, inteligente quiero decir. Se extendió en Almafuerte, en López Merino, en poetas de La Plata, mi ciudad, que yo hasta ese entonces buscaba negar. Hoy amo a Almafuerte, sigo negando a López Merino. Seguro que nunca lo querré. Borges habló luego de unos versos de Evaristo Carriego, desmintió a Kafka y también se mostró interesado por Menéndez Behety, otro de los poetas fundacionalmente vinculados a mi ciudad. No sé qué le dije de la poesía de Menéndez Behety. Algo ignorante, seguro. Luego Fanny le acercó una taza de té y el viejo la bebió lamentablemente, con sorbos como chasquidos. Me despedí, preguntó por el origen de mi apellido, y ya no recuerdo qué dedujo. Una etimología vulgar, seguro. La olvidé. Eso fue todo. Ni una miserable foto del encuentro. Ningún otro recuerdo memorable. Nada para destacar. A los cinco días reproduje en "El Día" un reportaje opaco. Desvaído y sin vuelo. Es una suerte, me repito siempre, poder seguir leyéndolo desde el balcón de los que no lo tocaron ni lo compartieron. No, jamás estuve con él.

09 agosto, 2007

Fante o la épica del fracaso


Arturo Bandini ha crecido. El alter ego de John Fante (1909-1983) ya se ha radicado definitivamente en la costa Oeste norteamericana, se ha casado y tiene hijos. Pero quedan huellas de aquel Bandini proyecto de escritor que llegaba a Los Angeles en busca de una carrera literaria: sigue vinculado como guionista al mundo de Hollywood, sigue siendo -en su condición de script de segunda- carne de industria y sigue, como aquel Arturo lleno de violencia contenida y de pureza "macarroni", albergando algunos sueños. La poética de John Fante es una construcción de raíces firmes. Eso se puede ver en la estela de aquellos ideales de juventud. Claro que ya no los tiene Bandini, quien ahora los cobija es un cincuentón de nombre mucho más apropiado para la industria californiana: Henry Molise. Seguir leyendo acá.

07 agosto, 2007

Espera la primavera, John Fante

Nota de Juan Terranova. Leer aca