21 septiembre, 2006
19 septiembre, 2006
Juntos son de terror
Sobre Fantasmas, la última novela de Chuck Palahniuk
¿Puede haber algo más egocéntrico y patético que un escritor? Desgraciadamente sí: un grupo de ellos. Juntarlos en un congreso o en torno a una mesa puede ser problemático, pero encerrarlos en un local y obligarlos a que escriban es por cierto un acto extremo. O quizá no tanto. A lo mejor es lo que se merecen: un poco de encierro y casi nada de comida. ¿Qué es eso de escribir? ¿Qué importancia puede tener una bella frase en medio de una sociedad como esta? Sin duda, nada más inocuo. Chuck Palahniuk lo sugiere con medias letras y fondo tétrico como homenaje. ¿Si los disciplina? En parte. Los fantasmas que pueblan el último texto volcado al castellano del creador de "El club de la pelea", una historia de rounds estresantes, exudan un poco de morbo, pedantería diletante y algo de estudiada paranoia para mostrarse diferentes (como si lo necesitaran). A lo que deben añadirse estimulantes, drogas, y un ensamble de clima gótico. Sexo también, es una partícula elemental.
Los vocacionales que pueblan Fantasmas (Mondadori), un texto armado con cartas de presentación (¿Quién no ha cometido alguna vez un puema?) deambulan declamativamente y dejan ver algunas zonas de su pasado. Pero son estáticos. El relato novelesco aparece "apuntado" y organizado en tramos. La selección de aspirantes perpetuos a la consagración se va alternando: cada uno con su voz, cada uno con sus taras.
¿A dónde va un lisiado emocional?
Palahniuk no podría haber imaginado mejor espacio para el conjunto: a un gran hermano; parodia del canibalismo mediático, ¿quién es capaz de sobrevivir con buena escritura? Un texto que tenga éxito, bien sabemos, es un texto con salida. Exit es la raíz semántica que lleva a las escaleras. ¿O son escaleras de Escher? No pueden pasar los quejosos. Los llorosos tampoco se soportan. Estos diecinueve aspirantes a la nada maduran en una supuesta carnicería intelectual con demasiada escenografía. ¿Querés ser escritor? No gimotees por el camino, no te conviertas en sufridor ejemplar, tené cuidado con las asociaciones (De dioses, hombrecitos y policías, del injustamente olvidado Humberto Costantini, pincha y poeta, es un lindo antecedente de estas sociedades) y, claro, no te encierres demasiado. Lo último: evitá cualquiera de estos consejos.
15 septiembre, 2006
El grado cero de la lectura

Novelita en la que la visión deformante de un personaje tan pastillado como disociado transforma a la cultura en un campo de batalla irreal, expresado en delirios, obsesiones y miligramos. Del Ibáñez personaje, un rasgo apenas: "reaccionario hijo de mil putas malparido".
-¿Es un alegato contra la cultura oficial?
-Al contrario, en todo caso, si se lee bien, contra la psiquiatría oficial.
12 septiembre, 2006
07 septiembre, 2006
Retazos V: El cuerpo del delito de Josefina Ludmer
Primero Santuario, después este excelente libro de Josefina Ludmer -siempre a raíz del caso de la joven austríaca-, donde Ludmer usa el delito como instrumento crítico para analizar “cuentos de delitos”. El texto se inicia con la siguiente profecía de Karl Marx en la que los vínculos entre literatura y crimen se entienden de la siguiente manera y que ud. puede leer acá