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Cisura

Cultura

Octubre

EL CURANDERO

PAREDON PAREDON

VIRGEN

LOS CHICOS DESAPARECEN

LES ENFANTS DISPARAISSENT

http://photos1.blogger.com/blogger/2389/2951/1600/LE CIRQUE NE MEURT JAMAIS

HECER EL ODIO

GONDOLAS

HECHO A MANO

EL CIRCO NUNCA MUERE

EL CAPITAN TRES GUERRAS FUE A LA GUERRA

HACER EL ODIO

28 octubre, 2006

Masa básica

A propósito de El lector, de Bernhard Schlink


Cada tanto vuelvo a recorrer los ambientes de una novela austera, sombría, magistral. Bernhard Schlink la plasmó hace poco más de diez años y aunque en castellano (Anagrama) ya va por su undécima impresión, su primera tirada es de los noventa. Sin embargo, cada vez que abro las páginas de El lector tengo la misma sensación: la historia de Hanna y Michael pertenece a un libro anterior, antiguo quiero decir. Como si Schlink la hubiera calcado de un clásico, pero, también, como si la suya fuera una versión absolutamente original. Cuando la leí por primera vez sentí el mismo déjà vu: de libro conocido. Y no. O sí. Acaso porque en el imaginario de todos nosotros debe haber una memoria común, única, a la que de tanto en tanto recurrimos para no desapercibirnos. Con los libros debe suceder algo similar, algunos obran de antecedente para que otros logren desarrollarse tiempo después. Una masa básica, digamos, harina y agua, que luego tomará distintas formas y sabores aunque reconociendo un origen común. Seguir leyendo acá

17 octubre, 2006

La mano que mece la tumba

En pleno siglo XXI, como tantos otros revivals, retorna Drácula, la gran novela gótica del XIX. En España, además de un proyecto teatral y uno fílmico, La historiadora, la novela de Elizabeth Kostova, es suceso de ventas y traducciones. El libro cuenta la historia de Vlad III, y de la búsqueda de la tumba del viejo vampiro en la Europa del Este. Pero es más un argumento de búsqueda filial y amorosa que un encuentro con lo espeluznante. Muy poco es lo que se conoce de Bram Stoker, el creador del personaje que terminó preso de una sola obra, siendo que había escrito más de diez. Su Drácula no sólo empañó su vida sino también, y acaso, sus más oscuros temores.
El texto completo acá

10 octubre, 2006

Ningún boludo

Tras el escándalo de plagio, Jorge Bucay ganó 360.000 euros en el 5º Premio de Novela Ciudad Torrevieja con la obra “El candidato”. En “Noticias”, Juan Terranova analiza el fenómeno del gurú de la autoayuda ahora devenido en novelista.
La nota completa acá

El gran marxista

caricature by Vizcarra

Leer a Groucho Marx sigue siendo un placer del que se privan muchas casas de estudios y de enseñanza media. No puede ser de otra manera: ni el gag ni el absurdo o el disparate derivado del juego con el lenguaje entran en la currícula, en los módulos o -más modestamente-, en los programas. Y si entran, lo hacen por supuesto sin el autor. Es decir, de la mano de investigadores tan serios como canonizados y por la puerta de la solemnidad, a través de ensayos adustos que interpretan tal o cual enunciado en el marco de tal o cual modelo teórico. Es lógico: el humor de Groucho no tiene planes de estudio porque, sencillamente, no se sabe qué hacer con él.
El texto completo acá

05 octubre, 2006

A propósito de Cultura, por Juan Terranova


La nota aparecida en Perfil, acá.

02 octubre, 2006

Islas

A propósito de Jardín de cemento, de Ian McEwan



Una isla estaba esperando a Robinson Crusoe para permitirle el pacto de la sobrevivencia. Parece claro que ella lo encontró a él. En el principio, la soledad del personaje gobierna cada uno de sus actos. Hasta que la isla náufraga es restituida por Crusoe debido a un montón de recursos: el territorio se torna habitable. William Golding hace otro tanto en El señor de las moscas, sólo que el número de personajes que reciben al pedazo de tierra en medio del mar ahora ha crecido: son varios. Y son jóvenes. No es que las islas tengan hélice, como la de Verne, es que el mundo se ha ido poblando. Las islas náufragas no se multiplican tanto como los hombres. Es una percepción extraordinaria: siendo idéntico, el mundo parece achicarse. Cada vez menos hay que salir: la aventura está adentro de nosotros mismos. En el Jardín de cemento, de Ian McEwan, el mundo ya es un suburbio, y las islas son tan inmóviles y limitadas que ocupan un pequeño espacio de tierra en el fondo de la casa. Cementarlas parece casi obligado.
El texto completo acá

Un Houdini del corazón

Una magra versión fílmica y dos biografías recientes han coincidido en su interés histórico por rescatar la personalidad de Giacomo Casanova. Cada tanto, este contradictorio y fascinante personaje veneciano atrae la atención generacional de públicos y lectores de toda condición. Pero la leyenda del libertino, del amante a tiempo completo, a veces condiciona y empaña la verdadera identidad del intelectual. A los 11 años tradujo un pentámetro latino y a los 15 escribió un par de tesis sobre derecho canónico y civil. El favorito de Luis XV y de su amante, la marquesa de Pompadour, también elaboró un ensayo sobre la violencia política, entre otros libros.

Acaso la confusión se deba a que Giovanni Giacomo Girolamo Casanova (Venecia, 1725-Dux, 1798), fue un exquisito precursor en eso de construir el marketing de su propia imagen. Y lo construyó póstumamente a través de sus Memorias, escritas entre 1790 y 1798, en el castillo del conde Waldstein, en Dux, Bohemia (hoy República Checa), donde se recluyó para trabajar hasta su muerte como bibliotecario del noble. Después de tantos combates amatorios, llegaba el reposo para el guerrero. Y merecido. Pero es curioso: ni la racionalidad de nuestro contemporáneo W.G. Sebald, escritor y viajero también, logró escapar al embrujo de este arquetipo de la seducción. En Austerlitz, lo retrata así: "En mis sueños vi al envejecido roué, reducido al tamaño de un muchacho, rodeado de las hileras de oro de la biblioteca, escribiendo sus memorias, numerosos tratados matemáticos y esotéricos y la novela futurista Icosameron, totalmente solo, en una desolada tarde de noviembre. Había dejado a un lado la peluca empolvada, y su propio cabello ralo, como un signo de la caducidad de su cuerpo, flotaba como una nubecita blanca en torno a su cabeza". Texto completo acá