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21 febrero, 2008

Puede ser paella o Frida Kahlo

A propósito de Mestizajes, de François Laplantine y Alexis Nouss (Fondo de Cultura Económica)

Hay una moda en el mestizaje -dicen los autores-, pero esta moda, como toda arbitrariedad surgida de un consenso en una época dada, está mal entendida. Se confunde el concepto mestizo con términos que nada tienen que ver: mezcla, hibridez, sincretismo e incluso multiculturalismo. ¿Qué es el mestizaje? En palabras de François Laplantine y Alexis Nouss el mestizaje, lejos de ser fusión y asimilación, es una tercera vía entre lo homogéneo y lo heterogéneo. Más expresamente, señalan que es una categoría de pensamiento que surge de la "experiencia de la desapropiación, de la incertidumbre surgida de encuentros involuntarios e inesperados". Como prueba de esa experiencia, elaboraron un diccionario "mestizo", compuesto por palabras y términos que nada tienen que ver entre sí, ordenado sin plan ni programa, porque hay "infinitos modos de mestizaje". Palabras como Frida Kahlo, paella, afuera, Derrida, Borges, tango, murciélago, macedonia, hip hop, elementos, zombi, oblicuo o Fernando Pessoa conviven progresivamente en un universo semántico que se repliega y se expande hacia otras resignificaciones. El alud de términos que han hallado estos dos antropólogos y lingüistas francófonos es producto de un relevamiento de campo donde intervienen tanto la etimología y las preferencias doctrinarias como el azar y la creatividad. El resultado es caótico, extraño, con hallazgos sin duda valiosos aunque redundantes en un universo donde, muy probablemente, todo tenga un carácter mestizo. La dificultad está en asumirlo. "Si al mestizaje le cuesta tanto ser pensado -o, para decirlo de otro modo, si cuesta tanto ver un pensamiento en el mestizaje-, es porque se opone a la tradición de Occidente que le otorga más legimitimidad al adentro que al afuera, a la interioridad que a la exterioridad". En la historia del pensamiento occidental, afirman, se ha ido construyendo, de Platón hasta acá, el mito de la interioridad, partiendo de la conciencia lúcida hasta los procesos más tardíos de separación y duplicidad. El Diccionario son cerca de 800 apretadas páginas con acepciones que, luego de rescatadas y pasadas por la criba de la antropología cultural, brillan con nueva intensidad. De Frida Kahlo, por ejemplo, dice así: "Apodada en México Frida la renga. Una pierna y un pie deformados por la poliomelitis que se le declaró a los seis años (...)". Inusual, provocativo, la conformación rizomática de este libro reconoce no obstante alguna declaración de principios: "En el mundo globalizado de los albores del siglo XXI, el mestizaje constituye una forma de resistencia contra la opresión de la uniformización, pero también contra la intensificación de los particularismos. Es la alternativa humanista al multiculturalismo y a la asimilación". Una última acepción, tomada al azar, de la frase puede ser: "Puede ser que vaya, puede ser que haya estado, puede ser que esté. Rasgos imprecisos de una marca de un poco de ser. El puede ser es una puerta abierta, es el umbral de todos los mestizajes". De paella consignan la receta completa, con mejillones, conejo, pollo, pimientos, etc.

13 febrero, 2008

Polizón global


El 10 de julio de 2006, las autoridades de Prefectura del Puerto La Plata descubrían a un joven polizón semi inconsciente escondido en el compartimento de hélice del buque petrolero con bandera griega "Kastelorizo". El muchacho, Marcos Abraham de la Rosa, tenía entonces 20 años y pocos signos de vida. Había protagonizado una odisea y una tragedia: 17 dias sin comer ni beber, aterido por el oleaje, en ese compartimento que días atrás tenía a otro polizón de huésped. "Toviejo", así se apodaba el amigo de Marcos, no alcanzó a sobrevivir a las inclemencias de la travesía. Ambos habían abordado el "Kastelorizo" en el puerto de San Pedro de Macorís, Santo Domingo, República Dominicana, durante la noche del 24 de junio, escapándole a la miseria y buscando "llegar a América", según propias palabras. Encontraron América, pero la del Sur, la de más abajo. La historia de Marcos es curiosa: cuando días después de rescatado y hospitalizado la cancillería argentina toma contacto con sus familiares en República Dominicana, la madre y el padre de Marcos -María Magdalena del Carmen y Bienvenido Santos- confirman que "Marcos es un polizón sin remedio". Ya había intentado escapar en siete ocasiones. Una vez había llegado a un puerto de la Europa Oriental, más tarde a Venezuela, en otra oportunidad lo arrojaron al mar desde un barco ruso. Su pasión desenfrenada estaba en los mapas. "Se pasa la vida marcando mapas y señalando adónde va a viajar la próxima vez, una obsesión", confirmó su padre vía telefónica. Tuve oportunidad de conversar con Marcos en el hospital Cestino, de Ensenada, donde fue internado apenas llegó. Aún no había salido del shock. Pocas palabras, tenía todavía las marcas del viaje en la postura de las piernas y el dolor en los brazos. Estaba sereno, casi animoso de conocer Argentina, aunque "conocer" es palabra tendenciosa. Dos días después publicaba la crónica por entregas en el diario "El Día" casi bajo este mismo título, "Polizón". El caso Marcos Abraham tuvo cobertura periodística nacional, mucha repercusión y derivaciones impensadas. Amnesty Internacional se ocupó de él para evitar que lo deportaran, ya que el deseo del joven era quedarse entre nosotros. También su familia apoyaba en República Dominicana su decisión. Aquí, en medio de idas y vueltas burocráticas, lo tomó en guarda temporal un matrimonio de La Plata; ella dominicana, él argentino. Dos o tres semanas después, Marcos se presentaba en la redacción de "El Día" bajo una fuerte presión emocional, desvariaba, y fue internado en el Neuropsiquiátrico Alejandro Korn de Melchor Romero. El 20 de octubre de 2006, el pedido de refugio solicitado por Marcos Abraham, fue finalmente denegado por el Comité de Elegibilidad para Refugiados (CEPARE), al considerar el organismo que no se encontraban alcanzados los extremos aducidos por el menor para permanecer en nuestro país. Del hospital intentó fugarse, creo, dos veces. Meses después, por desidia, perdí todo rastro de él. ¿Volvió a Dominicana o sigue en nuestro país, marcando mapas y fijando destinos al azar? Cada tanto, no sé por qué, recuerdo al Marcos polizón y me pregunto por dónde andará, en mi caso es fijación periodística. Algunos pueden llegar a tranquilizar su expectativa ingenua afirmando que el caso Marcos Abraham fue un "caso clínico". Yo creo que el suyo representa la paradoja de la miseria global: 17 días de horror en alta mar para escapar de su casa, distante pocas cuadras del paradisíaco mundo "all inclusive" de los resort de la Dominicana turística. Subo al blog la nota completa, tal como fue editada en la sucesivas entregas de julio de 2006 en el diario. Tampoco sé por qué lo hago ahora. O sí: cuestión egoísta, de rescate individual.


En las entrañas de la ballena (nota 1)

"Nos escabullimos de noche, bien entrada la noche, en el barco no había guardia costera. Con mi amigo habíamos estado soñando de viajar a Estados Unidos, era un sueño. Lo teníamos desde mucho tiempo, desde más chico. En Dominicana nos estábamos muriendo de hambre, puro frijoles y arroz, frijoles negros. Muy rara vez carne de buey, caldo no siempre, de tanto en tanto. Pero yo tenía un sueño, el primero que tenía era de ser pitcher, me gustaba el béisbol, en Dominicana gusta mucho el béisbol, y el básquet, y mucho los maratones, hay muchos maratonistas, pero mi sueño de pitcher se dejó, se dejó caer solo por el hambre y la miseria. Tuve que trabajar, en lo que fuera trabajé, más en la construcción, en las obras de hoteles. ¿Pero qué? No, Punta Cana no conozco, es de ricos. Yo vivía en Dominicana en un pueblo que se llama San Pedro, con mi abuela vivía. Vivo. Mi abuela se llama María Bernarda. En mi familia hay muchos problemas, problemas de separación, esas cosas. Yo nací el 20 de marzo de 1986, y mi mamá se llama María Magdalena y mi papá Bienvenido Santos, diez hermanos somos, el mayor tiene 24, yo tengo 20, y tengo ese sueño todavía, no de ser pitcher, pero sí de llegar a América". Seguir leyendo acá

10 febrero, 2008

En los árboles no crecen gansos



A propósito de El escritor, las mujeres y el partido, Ma Jian (Emecé, 2007)


El día que Ma Jian (Qingdao, 1953) abandonó definitivamente Pekín, lo hizo convencido de que jamás volvería a esa ciudad: dejaba atrás un matrimonio conflictivo con su primera mujer -no sólo cuestiones emocionales lo separaban de ella, también ideológicas- y el comisario cultural de su barrio terminaba de comunicarle que sus libros eran "tan indeseables como él". No hacía falta esperar más: toda la vida sería un chino excomulgado. Lo sabía. El partido sumado a las intransigencias afectivas de su matrimonio terminaron por expulsarlo definitivamente. La impotencia y bronca de Ma Jian reincidieron en la letra, sin panfleto. Una sola promesa se hizo entonces antes de marcharse: continuar el vínculo temático con la China continental en que había nacido, recordar una a una sus restricciones, devolver polémica y afectivamente cada una de las frustraciones. ¿La escritura como recurso vindicativo?. Seguir leyendo acá.

02 febrero, 2008

Coto de caza

Cuenta Vonnegut en su Desayuno de campeones que "Kilgore Trout escribió un cuerto corto que era un diálogo entre dos pedazos de levadura. Discutían el posible sentido de una vida que se limita a comer azúcar y a ahogarse en su propio excremento. Debido a su limitada inteligencia nunca llegaron a darse cuenta de que lo que estaban haciendo era champagne". Lo mismo le pasó al Pájaro Idiota cuando tuvo que adaptarse al coto de caza de la culturita nacional: "¿Picoteo cinismo o picoteo emoción?", se preguntó. Los gendarmes del coto de caza no le perdonaron que devorase la segunda. "Eso no es inteligente, usted ha crecido en una época en que la ironía es nuestro alimento balanceado", le dijeron. "Pero yo soy un pájaro idiota", repuso el Pájaro idiota. Le dispararon a la cabeza. Luego juntaron el cuerpo, las plumas una a una y con el excremento pintaron el cartel de entrada al coto: "Conduzca con prudencia, beba champagne".